El enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, declaró que la última respuesta de Hamás a la propuesta de tregua "demuestra claramente su falta de voluntad" para un cese de hostilidades. Washington afirmó que ahora buscará "opciones alternas" para la liberación de los rehenes israelíes. Paralelamente, la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó el regreso de su delegación para "más consultas", calificando la postura de Hamás como un intento de "dictar condiciones de rendición que puedan poner en peligro al Estado de Israel". Según una fuente palestina, la contrapropuesta de Hamás incluía enmiendas sobre la entrada de ayuda humanitaria, el retiro de las tropas israelíes y garantías sobre el fin definitivo de la guerra. El presidente estadounidense, Donald Trump, acusó directamente al grupo islamista de no querer un acuerdo, llegando a afirmar que "quieren morir". Un dirigente de Hamás, Taher al Nunu, rechazó estas declaraciones, calificándolas de "sorprendentes" y asegurando que se habían logrado avances. El fracaso diplomático agrava la ya catastrófica situación humanitaria en Gaza, donde la ONU y más de 100 ONG denuncian una hambruna extrema y la muerte de civiles, incluidos niños, por desnutrición.
