Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos atraviesan un momento de tensión, marcado por intercambios de advertencias y propuestas entre los presidentes Gustavo Petro y Donald Trump. Durante la VII Reunión de Ministros de Energía de la CELAC, Petro instó a Trump a invertir en un proyecto de transmisión de energías limpias desde Suramérica hacia Estados Unidos, un negocio que estimó en más de 600 mil millones de dólares. En un tono desafiante, Petro advirtió que si Trump no se interesa, le propondrá el negocio a China: “Yo sí le digo a Xi Jinping, y si no quiere Trump, pues hágalo usted”.
Este llamado se produce en un contexto de deterioro diplomático, evidenciado por el reciente retiro de representantes diplomáticos de ambos países tras un cruce de mensajes entre Petro y el senador Marco Rubio. La situación se complica con la propuesta del Congreso estadounidense de recortar la ayuda a Colombia. Además, la administración Trump ha intensificado su política exterior aislacionista, confirmando la salida de EE. UU. de la UNESCO, una decisión que, según la Casa Blanca, responde a que la organización apoya “causas culturales y sociales progresistas y divisivas”. Este conjunto de acciones refleja un enfriamiento en la alianza histórica y un reajuste de prioridades por parte de Washington, mientras Bogotá explora nuevas alianzas estratégicas.
En resumenEn medio de tensiones diplomáticas y la amenaza de recortes de ayuda, el presidente Petro desafía a Trump a invertir en proyectos energéticos, advirtiendo que podría recurrir a China, lo que evidencia un reacomodo en las alianzas estratégicas de Colombia.