Este llamado se produce en un contexto de deterioro diplomático, evidenciado por el reciente retiro de representantes diplomáticos de ambos países tras un cruce de mensajes entre Petro y el senador Marco Rubio. La situación se complica con la propuesta del Congreso estadounidense de recortar la ayuda a Colombia. Además, la administración Trump ha intensificado su política exterior aislacionista, confirmando la salida de EE. UU. de la UNESCO, una decisión que, según la Casa Blanca, responde a que la organización apoya “causas culturales y sociales progresistas y divisivas”. Este conjunto de acciones refleja un enfriamiento en la alianza histórica y un reajuste de prioridades por parte de Washington, mientras Bogotá explora nuevas alianzas estratégicas.