Sin embargo, la respuesta desde Tokio ha sido notablemente más prudente. El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, declaró que su gobierno "examinará cuidadosamente los detalles del acuerdo" y no confirmó públicamente los términos revelados por Trump. Ishiba se mostró dispuesto a mantener una conversación directa con el presidente estadounidense si fuera necesario, añadiendo: "Creemos que esto contribuirá a la creación de empleos y a la producción de buenos productos". El anuncio se produce tras meses de complejas negociaciones en las que persistieron desacuerdos sobre productos sensibles como el arroz y los automóviles, y en un momento en que la administración Trump intensifica la presión sobre sus aliados para que reduzcan su dependencia comercial de China.