La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) autorizó la integración empresarial entre Tigo y Movistar en Colombia, una operación que reconfigurará el sector de las telecomunicaciones en el país. La decisión permite que Millicom, accionista de Tigo, adquiera una participación mayoritaria en Movistar (Coltel), creando un competidor más robusto frente al líder del mercado, Claro. La operación, anunciada en julio de 2024 y valorada en US$400 millones, fue objeto de un prolongado análisis por parte de la SIC. La superintendente, Cielo Rusinque, explicó que la integración “permitirá que las empresas consoliden una sola infraestructura que reducirá costos y mejorará la eficiencia operativa”, liberando recursos para inversiones necesarias en el sector. Sin embargo, la SIC identificó riesgos para la competencia en cuatro mercados específicos: los mayoristas de Roaming Automático Nacional (RAM) y de acceso para operadores móviles virtuales (OMV), y los minoristas de servicios móviles. Para mitigar estos riesgos, la entidad impuso condicionamientos.
El más importante es la obligación de la empresa integrada de ofrecer a terceros operadores tarifas de acceso a su red con descuentos que oscilan entre el 12,5 % y el 24,3 % respecto a las tarifas actuales.
Esta medida busca garantizar que competidores más pequeños, como WOM, puedan seguir operando en condiciones justas. Precisamente, WOM había manifestado su preocupación, advirtiendo que la fusión podría derivar en un duopolio que controlaría más del 90 % del mercado, lo que afectaría a los consumidores con precios más altos. Stan Chudnovsky, socio del fondo que adquirió WOM Colombia, declaró que la empresa estaba “analizando todas las opciones” sobre su permanencia en el país, a la espera de la decisión final de la SIC.
En resumenLa aprobación de la integración de Tigo y Movistar por parte de la SIC, aunque condicionada, transforma el panorama de las telecomunicaciones en Colombia al crear un segundo gran jugador para competir con Claro. Las medidas impuestas buscan proteger a los operadores más pequeños y evitar una concentración excesiva del mercado, aunque persisten las preocupaciones sobre el impacto a largo plazo en la competencia y los precios para los consumidores.