La iniciativa representa una fusión estratégica entre la banca tradicional y el ecosistema de activos digitales, buscando acelerar la liquidación de transacciones y mejorar la gestión de liquidez. El lanzamiento en Base, una red de capa 2 de Ethereum, permite a JPMorgan y Coinbase explorar nuevas aplicaciones para las finanzas en cadena (on-chain), combinando la infraestructura regulada de un banco con la eficiencia de una blockchain pública. Este desarrollo se enmarca en una tendencia más amplia de la industria financiera hacia la tokenización de activos del mundo real. De hecho, otras instituciones como DBS y la propia plataforma Kinexys de J.P. Morgan están explorando el uso de depósitos tokenizados como una alternativa interbancaria a las stablecoins, buscando crear un marco de interoperabilidad para conectar los mercados de Asia y Estados Unidos. Según una encuesta del Banco de Pagos Internacionales, al menos un tercio de los bancos comerciales ya estaban explorando o probando depósitos tokenizados en 2024, lo que subraya el creciente interés institucional en esta tecnología para modernizar la infraestructura financiera global y permitir liquidaciones ultra-rápidas.