Juan Ricardo Ortega, presidente del GEB, calificó la situación como "demasiado crítica", afirmando que "no hay ninguna solución realista" en los próximos cinco o seis años para suplir la creciente demanda. Ortega advirtió que la inacción podría disparar los precios del gas a niveles de entre 22 y 30 dólares por millón de BTU, afectando gravemente a la industria y a los hogares. Descartó la importación desde Venezuela como una opción a corto plazo y calificó la regasificadora del Pacífico como inviable por los altos riesgos sociales.

La propuesta se centra en el complejo de Ballenas (La Guajira), donde ya existe infraestructura de transporte. Según Jorge Andrés Henao, gerente de TGI, el proyecto podría estar operativo en 15 meses si se toman decisiones rápidas, garantizando una inyección de 300 millones de pies cúbicos diarios. La compañía asegura que la viabilidad técnica está respaldada por cinco años de estudios y que podría ofrecer gas importado a un precio de US$10 por millón de BTU, lo que representaría una reducción de hasta el 25% en las tarifas para el usuario final. El ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, reconoció el déficit y expresó su esperanza de que Ecopetrol manifieste su "voluntad política para poder sacar adelante este proyecto".