Las decisiones de la petrolera estatal son cruciales para garantizar la seguridad energética de Colombia, en un contexto de déficit proyectado y controversias sobre su gestión. El presidente Gustavo Petro anunció que Ecopetrol importará gas para competir con lo que calificó como un "monopolio privado", con el objetivo de ofrecer precios más bajos a partir de 2027. Esta estrategia se apoya en el proyecto de la Regasificadora del Pacífico en Buenaventura, que inyectará 60 millones de pies cúbicos diarios desde el segundo semestre de 2026, para lo cual se firmó un contrato con la naviera belga EXMAR, que proveerá la unidad flotante de almacenamiento. Paralelamente, la compañía avanza en proyectos de exploración clave como Sirius en el Caribe, en asocio con Petrobras, un yacimiento que podría triplicar las reservas de gas del país. La colaboración con la estatal brasileña también se extiende a la evaluación de oportunidades en campos terrestres en Brasil. Sin embargo, la gestión de la compañía no ha estado exenta de polémicas. La Procuraduría vinculó a directivos de Ecopetrol a una investigación por un contrato con la firma Covington & Burling, mientras que revelaciones periodísticas cuestionan un pago de 42 millones de dólares por las plantas de Termomorichal, que, según se alega, podrían haber sido obtenidas sin costo.