Pedro González, conocido como "Don Jediondo", expresó su tristeza por la situación, especialmente por sus empleados. "Me duele por mis empleados.
Estábamos naufragando aferrados a la esperanza de un milagro, que subieran las ventas o se aumentara la utilidad, pero no fue posible", declaró entre lágrimas. La empresa, que llegó a tener 50 puntos de venta y más de 480 trabajadores, vio su estructura volverse demasiado costosa. Analistas señalan que la expansión acelerada, los altos costos de arrendamiento en centros comerciales y la fuerte competencia en las plazoletas de comida fueron factores determinantes en su caída. Tras la noticia, figuras como el precandidato presidencial Gustavo Bolívar hicieron un llamado a la solidaridad, invitando a los colombianos a visitar los locales para ayudar a salvar los empleos restantes mientras un agente liquidador asume el control de los activos para saldar las deudas.