El propio Pedro González expresó su tristeza por el desenlace, afirmando: “Me duele por mis empleados.

Estábamos naufragando aferrados a la esperanza de un milagro, que subieran las ventas o se aumentara la utilidad, pero no fue posible”. La crisis de la cadena, que afecta a 33 locales y 183 trabajadores, se atribuye a una combinación de factores, incluyendo una acelerada expansión que generó costos fijos insostenibles y la estrategia de ubicarse en plazoletas de comida de centros comerciales con altos arriendos. Factores externos como la pandemia y el paro nacional de 2021 agravaron la situación.

El control de los activos pasará ahora a un agente liquidador, quien se encargará de rematar los bienes para saldar las deudas, priorizando las acreencias laborales. La situación generó una campaña de apoyo liderada por el político Gustavo Bolívar, quien propuso a los colombianos visitar los restaurantes para intentar salvar los empleos restantes.