Principalmente, la caída del precio del crudo Brent, que promedió 71 dólares por barril frente a los 83 dólares del año anterior, impactó los ingresos en $1,7 billones.
A esto se sumaron presiones inflacionarias, nuevos impuestos, tensiones geopolíticas y problemas de entorno local como bloqueos y afectaciones a la infraestructura.
En contraste, la producción semestral alcanzó los 751.000 barriles de petróleo equivalente por día (kbped), la más alta en diez años, impulsada por el buen desempeño de los campos Caño Sur, CPO-09 y la operación en la cuenca Permian en Estados Unidos.
Sin embargo, la campaña exploratoria enfrentó reveses con dos pozos que resultaron secos: Andina Este-1 y Buena Suerte-1.
Ante estos resultados, el presidente de la Unión Sindical Obrera (USO), César Loza, hizo un llamado a Ecopetrol para avanzar en la exploración de nuevos yacimientos, argumentando que la producción actual se sostiene en campos antiguos y adquisiciones. En paralelo, la compañía avanza en su estrategia de transición energética, iniciando el suministro de combustible marino con un 2 % de biodiésel en el Caribe colombiano, lo que reducirá aproximadamente 27.000 toneladas de CO₂e al año.