Este pacto permitirá a ambas compañías reanudar exportaciones clave que habían sido restringidas, en un movimiento que redefine la política comercial y tecnológica estadounidense en su competencia con Pekín.
El acuerdo, informado por el Financial Times, se produce en un contexto de alta tensión geopolítica por el dominio de la inteligencia artificial (IA). A cambio de la participación en los ingresos, el Departamento de Comercio otorgó licencias especiales para que Nvidia pueda vender su chip H20 y AMD su procesador MI308 en el mercado chino. El chip H20 de Nvidia fue diseñado específicamente para cumplir con las restricciones de exportación de EE.
UU., pero su envío había estado suspendido.
Tras conocerse la noticia, las acciones de ambas compañías cotizaron a la baja. Nvidia ha defendido la necesidad de competir en el mercado chino, afirmando que “la tecnología de IA estadounidense puede ser el estándar mundial si competimos”. Este pacto se enmarca en la estrategia de la administración de Donald Trump de priorizar la producción nacional y evitar que China acceda a tecnología de punta, aunque también busca generar ingresos para el fisco estadounidense.
La medida refleja un nuevo enfoque donde el gobierno no solo regula, sino que participa directamente en los beneficios del comercio tecnológico estratégico.