En sus declaraciones, advirtió que “Ecopetrol puede comprar un activo negativo”, sugiriendo que el costo para rescatar la empresa podría ser demasiado alto y generar más pérdidas.

Name también señaló una complicación geopolítica: la dificultad de negociar con el gobierno de Venezuela, actual propietario de Monómeros, mientras Ecopetrol enfrenta sanciones del gobierno de Estados Unidos. Esta situación pone de manifiesto la encrucijada del gobierno: por un lado, la necesidad estratégica de asegurar la soberanía en la producción de fertilizantes para el campo colombiano; por otro, los enormes desafíos financieros, laborales y diplomáticos que implica una transacción de esta magnitud con un activo en crisis y en un contexto internacional adverso.