El conflicto se originó cuando Guzmán, de 27 años, no se presentó a los entrenamientos del Torpedo Moscú tras el periodo de vacaciones y permaneció en Colombia, aparentemente buscando una salida del club. Esta acción ha sido calificada por medios rusos como una “ausencia injustificada”. En respuesta, la directiva del equipo moscovita, que recientemente fue expulsado de la Liga Premier rusa por un escándalo de corrupción, planea presentar una queja formal ante la FIFA. Según se informa, el club exigiría el pago de una cláusula de rescisión de 10 millones de euros, alegando incumplimiento de contrato. La situación ha generado incertidumbre en el mercado de fichajes colombiano. Millonarios, que había mostrado un fuerte interés en el jugador, especialmente por su exitosa etapa previa con el técnico David González, decidió retirarse de las negociaciones tras recibir advertencias legales sobre los riesgos de fichar a un jugador en medio de una disputa contractual. Con Millonarios fuera de la contienda, Junior de Barranquilla surgió como el principal candidato para hacerse con los servicios de Guzmán, pero la amenaza de una demanda y la elevada cláusula de rescisión han enfriado las posibilidades de un acuerdo inminente. El futuro del talentoso volante antioqueño depende ahora de la resolución de este complejo panorama legal.
