Un ejemplo inspirador es el proyecto ‘Amigos de cuatro patas’ del colegio Delia Zapata Olivella en Suba, Bogotá. Lo que comenzó en 2013 con el rescate improvisado de un perro criollo llamado Bebé, se ha convertido en un refugio dentro de la institución que ha rescatado a más de 500 animales. Esta iniciativa no solo ofrece un hogar de paso, sino que se ha integrado al currículo escolar, enseñando a los estudiantes sobre tenencia responsable, empatía y convivencia.

A nivel municipal, la Alcaldía de Itagüí organizó una jornada de adopción bajo el lema “No compres animales de raza, mejor adopta a uno sin casa”, promoviendo la adopción como un acto de amor y responsabilidad. De manera similar, Cali se prepara para acoger el Famy Fest Pets, un encuentro que reunirá a más de 3.000 familias en torno a actividades de bienestar animal. Estos eventos reflejan un compromiso creciente de las administraciones locales por fomentar una cultura de protección animal. Incluso figuras de alto perfil contribuyen a visibilizar esta causa; recientemente, el equipo de la cantante Shakira adoptó un perro callejero durante su paso por Ecuador, una acción que, al viralizarse, amplifica el mensaje sobre la importancia de dar una segunda oportunidad a los animales sin hogar. Estas acciones colectivas demuestran que la sociedad colombiana está cada vez más comprometida con la protección animal, transformando la solidaridad en proyectos concretos que salvan vidas.