La creencia popular que vincula a los gatos negros con la brujería y la mala suerte, cuyo origen se remonta a la Edad Media, persiste en la actualidad y genera consecuencias negativas para estos animales, especialmente durante el mes de octubre. Organizaciones como la Junta Defensora de Animales de Cota (JudaCota) han detectado un aumento en los casos de robo, abandono y maltrato de felinos de este color en vísperas de Halloween.
Esta preocupación es compartida por otras entidades a nivel nacional.
Por ejemplo, la fundación Animalove denunció en 2022 el robo de tres gatos negros justo antes de la festividad, de los cuales dos fueron encontrados sin vida. Asimismo, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (Idpyba) solicitó en 2023 la suspensión temporal de las adopciones de gatos negros para evitar que fueran utilizados en actos de crueldad. Aunque no existen pruebas concluyentes sobre el uso sistemático de estos animales en rituales, la desconfianza y el miedo siguen provocando que muchos sufran maltrato o sean rechazados en refugios. Los expertos en comportamiento animal y las fundaciones insisten en que el color del pelaje no influye en el carácter del animal ni tiene relación con la suerte, y hacen un llamado a proteger a todas las mascotas durante estas fechas.







