El rescate de dos monos jóvenes en el Valle de Aburrá ha expuesto las graves consecuencias del tráfico y la tenencia ilegal de fauna silvestre. Uno de los casos más indignantes es el de un mono cariblanco que era paseado sobre el lomo de un perro y obligado a usar pañales, lo que le causó severas lesiones. Las autoridades ambientales del Valle de Aburrá atendieron dos casos de maltrato animal que evidencian el impacto del cautiverio en la fauna silvestre. El primero involucra a un mono cariblanco infantil que fue rescatado con graves heridas en la zona perianal, producto del uso prolongado de pañales humanos durante los cuatro meses que vivió en una casa. Según los reportes, el animal “pasaba gran parte del tiempo sobre el lomo de un perro”, lo que agudizó su mal estado y demuestra el trato inapropiado que recibió. El segundo caso es el de un mono capuchino juvenil que, según la comunidad, era drogado con sustancias psicoactivas por sus captores para mantenerlo tranquilo. Ambos primates, que no son nativos del Valle de Aburrá y llegaron allí por el tráfico ilegal, fueron ingresados al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación (CAVR) del Área Metropolitana.
La autoridad ambiental emitió un contundente mensaje: “Nació para saltar entre árboles, no para usar pañales.
Cada animal silvestre en una casa es un pedacito de naturaleza que perdemos”.
Los expertos recuerdan que para capturar una cría, usualmente se asesina a su madre.
Solo en el último año, el CAVR ha recibido 45 monos cariblancos y ocho capuchinos, cifras que alertan sobre la magnitud de este delito.
En resumenEl rescate de dos monos jóvenes en el Valle de Aburrá, uno de ellos drogado y otro con graves heridas por el uso de pañales mientras era forzado a convivir con un perro, pone de manifiesto la crueldad del tráfico de fauna. Este caso subraya el grave error de tratar a los animales silvestres como mascotas y la violencia inherente a su captura, que usualmente implica la muerte de sus madres.