Sorprendentemente, y probablemente debido a su debilidad, el animal no mostró agresividad.

Una vez en tierra, fue trasladado a un centro veterinario para recibir cuidados intensivos, donde su estado fue calificado como “crítico, pero estable”.

Los especialistas a cargo planean su rehabilitación con el objetivo de, si su recuperación lo permite, reincorporarlo a su hábitat natural.

Este suceso ha sido calificado como un “milagro” y pone de relieve los enormes desafíos que enfrentan los jaguares y otras especies silvestres debido a la cacería ilegal, la contaminación y la pérdida de sus ecosistemas. El caso subraya la urgencia de reforzar las medidas de protección de la fauna en la Amazonía.