Este suceso ha resaltado el profundo vínculo afectivo que existe entre los seres humanos y sus mascotas.
El pasado 10 de octubre, en el barrio Bolívar de la capital del Cauca, un ciudadano habitante de calle falleció súbitamente en un andén, presuntamente a causa de un infarto. Lo que más llamó la atención de los transeúntes y de quienes intentaron prestarle auxilio fue la reacción de su mascota, una perrita que nunca se separó de su lado. A pesar de la lluvia y la posterior llegada de la Policía, el animal se mantuvo fiel, demostrando un vínculo inquebrantable. Testigos del hecho relataron la tristeza visible en la mirada del animal. “En la mirada de la perrita se veía la tristeza, ella sabía de la tragedia que había pasado y nunca se fue, siempre permaneció en el sitio”, contaron. La lealtad de la perrita fue tal que, según los presentes, se mantuvo “mirando cómo trataban el cadáver de su amo, incluso, se subió al carro donde ingresaron el cuerpo”. Esta escena no solo conmovió a la comunidad, sino que también puso de manifiesto la profunda conexión emocional que los animales pueden desarrollar, incluso en las condiciones más adversas como la vida en la calle. El desenlace de la historia trajo un poco de consuelo, ya que al llegar al lugar, algunos familiares del fallecido fueron informados sobre la perrita y decidieron hacerse cargo de ella, ofreciéndole un nuevo hogar y cerrando un capítulo trágico con un gesto de humanidad.







