El perro, perteneciente al cuerpo de bomberos del municipio, se encuentra bajo tratamiento médico y debía recibir antibióticos, lo que añade urgencia a su localización.

Los bomberos, sus cuidadores directos, han liderado la campaña de búsqueda, describiéndolo como un canino de tamaño mediano y ojos claros, entrenado para labores de emergencia. Ambos casos demuestran una tendencia social creciente donde la pérdida de una mascota trasciende el ámbito privado y se convierte en una causa comunitaria, amplificada por las redes sociales y apoyada por instituciones locales, reflejando el estatus de los animales como miembros valiosos de la familia y la comunidad.