La legislación colombiana, a través de la Ley 1774 de 2016, reconoce a los animales como “seres sintientes” y establece penas de hasta tres años de prisión y multas significativas. Adicionalmente, la reciente Ley Ángel de 2025 endurece las sanciones cuando la muerte del animal ocurre con sevicia o implica abuso sexual, herramientas legales que buscan disuadir y castigar estos actos de crueldad.