Los rescates, realizados en colaboración con autoridades ambientales y la comunidad, evitaron que las especies fueran víctimas de maltrato o tenencia irregular. Los operativos se concentraron en la región amazónica, un corredor crítico para el tráfico de fauna, como lo señala un informe de la organización Traffic citado en uno de los artículos.
Entre las especies rescatadas se encuentran boas constrictoras, tucanes, tortugas morrocoy, loros amazónicos y monos aulladores, todas representativas del ecosistema local y vitales para su equilibrio.
Uno de los casos destacados fue el rescate de un polluelo de gavilán pollero en la vía que conecta Morelia y Florencia, una especie considerada un indicador de la salud ambiental del territorio. Los artículos subrayan que no se realizaron capturas, ya que la mayoría de los rescates se originaron por reportes de la comunidad, quienes encontraban a los animales fuera de su hábitat, a menudo desplazados por la fuerte ola invernal que afecta al departamento.
Tras su recuperación, todos los animales fueron trasladados al Bioparque Aguadulce en Morelia para recibir valoración y atención veterinaria.
Posteriormente, fueron entregados a Corpoamazonia, la autoridad ambiental encargada de su rehabilitación y eventual liberación en entornos seguros. Estas acciones ponen de manifiesto la creciente colaboración entre la Fuerza Pública y las comunidades rurales en la protección ambiental, aunque también exponen la magnitud del desafío: las autoridades estiman que solo se logra decomisar menos del 10 % de los animales comercializados ilegalmente en el país.