Según su testimonio, la necesidad de cuidar del animal se convirtió en su principal motivación para cambiar. “Ella necesitaba comer”, afirma Dani en uno de los textos, una frase que resume cómo la responsabilidad de garantizar el bienestar de su mascota lo impulsó a buscar una nueva dirección.
Este vínculo no solo le proporcionó compañía, sino también un propósito claro que lo ayudó a superar sus adicciones.
La historia destaca un fenómeno conocido como zooterapia o terapia asistida con animales, donde la interacción con mascotas genera beneficios emocionales y psicológicos, como la reducción del estrés, el aumento de la autoestima y el fomento de la responsabilidad. El caso de Dani es un ejemplo tangible de cómo este proceso puede funcionar incluso sin un marco terapéutico formal. Inspirado por su recuperación y el amor por su perrita, Dani creó un emprendimiento de chapitas personalizadas para animales, un proyecto que no solo le brinda sustento, sino que también le permite mantenerse conectado con el mundo de las mascotas que tanto lo ayudó. Su historia se ha convertido en un testimonio de resiliencia y del impacto positivo que un animal de compañía puede tener en la vida de una persona en situación de crisis.