Incluye joysticks magnéticos con tecnología TMR para evitar el ‘drift’, paneles táctiles heredados del modelo original, cuatro motores hápticos y una función ‘Grip Sense’ que activa el giroscopio al sujetar el control. El ecosistema se completa con el Steam Frame, un visor de realidad virtual inalámbrico y autónomo.

A diferencia del Valve Index, no requerirá un PC para funcionar gracias a su procesador Snapdragon 8 Gen 3 integrado, aunque podrá conectarse a uno para experiencias de mayor fidelidad.

Con un peso de 435 gramos y un diseño modular, busca ser más ligero y accesible. Este trío de lanzamientos representa el intento más serio de Valve por crear un ecosistema de hardware completo, compitiendo directamente con las consolas tradicionales y el mercado de la realidad virtual.