Este movimiento busca cerrar la brecha competitiva que Siri ha mantenido durante años frente a asistentes más avanzados como el propio Gemini o ChatGPT.
Según múltiples informes, el acuerdo permitirá a Apple utilizar variantes de los modelos Gemini dentro de su propia infraestructura de nube privada, un enfoque híbrido diseñado para mantener su estricta narrativa de privacidad. La información personal del usuario, como mensajes o fotos, continuaría siendo procesada por modelos locales desarrollados por Apple, mientras que tareas más complejas de planificación, resumen o respuesta a preguntas generales se delegarían a la tecnología de Google.
Esta arquitectura permitiría a Siri superar su limitación clásica de ofrecer respuestas genéricas del tipo "Esto es lo que encontré en la web", para en su lugar proporcionar explicaciones contextualizadas y naturales. La nueva versión del asistente, descrita como su "primera gran evolución real desde su lanzamiento original", estaría programada para llegar con la actualización de iOS 26.4 entre marzo y abril de 2026. Aunque el nombre de Google no aparecerá en las campañas de mercadeo, la colaboración es un reconocimiento tácito de las dificultades que ha enfrentado Apple para desarrollar su propia IA generativa a gran escala. La estrategia recuerda a la de Samsung con su línea Galaxy AI, que también utiliza Gemini para potenciar muchas de sus funciones inteligentes, aunque Apple pretende mantener un control total sobre la experiencia y la seguridad de los datos.












