A diferencia de otras interfaces cerebro-computadora, como los cascos de electroencefalografía, esta pulsera no requiere calibración personalizada, lo que la hace más práctica y escalable.

Aunque el desarrollo aún se encuentra en una fase experimental y no está cerca del lanzamiento comercial, Meta ha liberado el conjunto de datos del proyecto para fomentar la investigación en el campo, abriendo la puerta a futuras aplicaciones en accesibilidad y control de dispositivos.