La cuarta temporada de ‘The Witcher’ ha debutado con una recepción crítica y de audiencia abrumadoramente negativa, marcando un momento decisivo para el futuro de la franquicia de Netflix tras la controversial salida de Henry Cavill y la llegada de Liam Hemsworth como el nuevo Geralt de Rivia. Este cambio en el protagonista, sumado a cuestionamientos sobre la dirección narrativa, ha generado una crisis de confianza que amenaza la viabilidad de la serie. El estreno de la nueva temporada el pasado 30 de octubre no logró revitalizar la saga, sino que, por el contrario, profundizó la controversia. La crítica especializada ha sido dura, otorgándole la calificación más baja de su historia con apenas un 56 % en Rotten Tomatoes, mientras que la valoración del público se desplomó a niveles cercanos al 18 %. Esta caída se reflejó directamente en las cifras de audiencia, que se redujeron a menos de la mitad en comparación con la temporada anterior, acumulando solo 7,3 millones de visualizaciones en su primera semana.
El relevo de Henry Cavill, quien había construido una fuerte conexión con los fanáticos, por Liam Hemsworth es señalado como el principal desacierto.
Aunque la showrunner Lauren S. Hissrich ha defendido la decisión, la percepción general es que el cambio alteró la identidad del proyecto. A esto se suman críticas sobre una narrativa que perdió claridad en su intento de emular la escala épica de “Game of Thrones”, alejándose de la esencia más contenida de sus primeras entregas. Medios especializados citan el consenso de Rotten Tomatoes: “Aunque Geralt tiene un nuevo rostro, la serie empieza a quedarse sin frescura y no ofrece suficiente entretenimiento en su camino al final”.
El tropiezo afecta también los planes de expansión del universo, con el spin-off ‘The Rats’ fracasando en generar impacto. A pesar de que Netflix confirmó una quinta y última temporada, el futuro es incierto ante la pérdida de fidelidad del público.
En resumenLa cuarta temporada de 'The Witcher' representa un fracaso significativo, evidenciado por las bajas calificaciones de crítica y público, una drástica caída en las visualizaciones y el rechazo generalizado al nuevo protagonista. El futuro de la franquicia, incluyendo su temporada final ya confirmada, se ve comprometido por la pérdida de confianza de la audiencia y las críticas a su dirección narrativa.