Staff, que asumió la producción después de que la primera temporada, a cargo de Madhouse, estableciera un estándar de calidad muy alto que la segunda no logró igualar. Los seguidores del manga, aclamado por el detallado arte de Yusuke Murata, han señalado que la nueva temporada carece del dinamismo y la fluidez visual que caracterizan a la obra original, compartiendo escenas específicas que consideran deficientes. La polémica alcanzó un punto crítico cuando el director, Shimpei Nagai, decidió cerrar su cuenta de X (antes Twitter) de forma indefinida. En su mensaje de despedida, Nagai calificó el acoso recibido como un "comportamiento despreciable e imperdonable" y afirmó que continuar en ese entorno era "insostenible para este proyecto". Previamente, el director había publicado una carta en la que, con sinceridad, admitía que "probablemente no lleguemos al nivel de la primera temporada" y pedía a los fanáticos que, al menos, aceptaran el esfuerzo y la determinación del equipo. Este incidente subraya la enorme presión que enfrentan los estudios de animación al adaptar obras queridas y expone el lado más tóxico de la cultura de los fanáticos, donde la crítica puede convertirse rápidamente en acoso.