El sindicato de actores SAG-AFTRA emitió un comunicado contundente, afirmando que “Tilly Norwood no es una actriz, es un personaje generado por un programa informático que se entrenó con el trabajo de innumerables intérpretes profesionales, sin permiso ni compensación”. El sindicato acusó a la iniciativa de ser un intento de “sustitución de intérpretes humanos por sintéticos” y recordó a las productoras sus obligaciones contractuales que exigen negociación para el uso de esta tecnología. Figuras reconocidas como la actriz Emily Blunt describieron el hecho como “aterrador”, expresando su preocupación por la pérdida de la conexión humana en el arte. A pesar de las críticas, la creadora de Tilly defiende su proyecto, argumentando que, al igual que la animación o los efectos CGI, la IA es simplemente otra herramienta para contar historias. Según Van der Velden, la era de los actores sintéticos “ya está aquí” y su personaje ya ha despertado el interés de agencias de talento. Este desarrollo plantea un debate fundamental sobre el futuro de la actuación, los derechos de imagen y la definición misma de la creatividad en la era digital, un tema que sin duda afectará la producción de series y películas en los próximos años.