La serie es descrita como una propuesta arriesgada y ambiciosa, diseñada para capturar tanto a los seguidores de toda la vida como a nuevas audiencias. Su creador, Noah Hawley, se ha mostrado optimista sobre el futuro de la producción, revelando que ya tiene planes para una continuación, a pesar de que Disney aún no ha confirmado oficialmente una segunda temporada. Esta confianza sugiere que la primera entrega concluye con un final abierto o ‘cliffhanger’, una estrategia común para generar expectación y asegurar el interés del público en una posible secuela. El paso a la televisión representa un desafío significativo para una saga que parecía agotada para algunos, poniendo a prueba su capacidad para adaptarse a una narrativa serializada y mantener la tensión y el horror que la caracterizan, mientras explora con mayor profundidad su complejo universo.