Sin embargo, mantuvo un tono crítico hacia el presidente Donald Trump, a quien reprochó haber celebrado la suspensión del programa.

“Un gobierno que amenaza con silenciar a un comediante que no le gusta es antiestadounidense”, afirmó Kimmel.

Agradeció también a figuras conservadoras como Ben Shapiro y Ted Cruz por defender su derecho a la libre expresión, a pesar de sus diferencias ideológicas.

El regreso del programa no fue total, ya que Sinclair y Nexstar mantuvieron su boicot, dejando sin acceso a cerca del 25 % de la audiencia tradicional. Este episodio ha puesto de relieve la creciente politización de los programas de ‘late-night’ y el poder de las plataformas digitales como YouTube para eludir la censura de los canales tradicionales y medir el apoyo del público.