En 2025, el longevo anime ‘One Piece’ demuestra una vigencia sin precedentes, no solo rompiendo récords de audiencia y crítica, sino también convirtiendo sus símbolos en una bandera de protesta para jóvenes en diversas partes del mundo. Tras más de dos décadas en emisión, la adaptación del manga de Eiichiro Oda está viviendo uno de sus momentos más aclamados. Tres de sus episodios emitidos en 2025 se han posicionado como los mejor calificados de toda la serie en la plataforma IMDb, con una puntuación casi perfecta de 9.8. Estos capítulos, centrados en la trágica historia del personaje Bartholomew Kuma, demuestran la capacidad de la serie para evolucionar y presentar narrativas más maduras y emotivas, conectando profundamente con una audiencia que ha crecido junto a ella.
Este hito es notable en una industria donde las producciones de larga duración suelen sufrir un desgaste creativo.
Pero el impacto de ‘One Piece’ ha desbordado la pantalla. La bandera pirata de su protagonista, la Jolly Roger con un sombrero de paja, ha sido adoptada como un símbolo de libertad y resistencia por movimientos juveniles en países como Indonesia, Nepal, Francia, Perú y Argentina. Los manifestantes la utilizan en protestas contra la corrupción gubernamental, recortes en la educación y medidas autoritarias, encontrando un paralelismo entre la lucha de los protagonistas contra un opresivo Gobierno Mundial en la ficción y sus propias realidades políticas. Este fenómeno cultural evidencia cómo los temas de justicia, libertad y camaradería de la serie resuenan a nivel global.
En resumen‘One Piece’ se ha consolidado en 2025 como un fenómeno cultural global, alcanzando picos de aclamación crítica con episodios récord en IMDb y, simultáneamente, transformando su iconografía en un potente símbolo de protesta juvenil internacional, demostrando así su profunda relevancia más allá del entretenimiento.