Los críticos advierten que la medida debilitaría la profesionalización del servicio exterior colombiano y promovería nombramientos basados en criterios políticos y no en méritos.

La propuesta, que está siendo estudiada por el Ejecutivo, plantea que para ser embajador solo sea necesario ser colombiano por nacimiento y tener más de 25 años, eliminando los requisitos actuales de poseer un título profesional y demostrar experiencia relacionada con el cargo. La Asociación Diplomática y Consular de Colombia (Asodiplo) y la Unión de Funcionarios de Carrera Diplomática y Consular (Unidiplo) emitieron un comunicado conjunto en el que calificaron la iniciativa como “un serio retroceso”. Aseguraron que la flexibilización “genera un ambiente que promueva el amiguismo y el nepotismo porque no hay ningún requisito y desincentiva a los funcionarios de carrera”. El excanciller Luis Gilberto Murillo se sumó a las críticas, calificando el borrador como “altamente inconveniente”.

Por su parte, la senadora María Fernanda Cabal anunció que demandará el decreto si es expedido. El presidente Gustavo Petro defendió la propuesta en redes sociales, argumentando que los requisitos serían los mismos que se exigen para ser ministro y que la dirección de la política exterior es una potestad constitucional del jefe de Estado. Además, cuestionó a quienes defienden un modelo que considera “cerrado y excluyente” dentro de la Cancillería.

El debate pone de manifiesto la tensión histórica en Colombia entre los nombramientos políticos y la carrera diplomática basada en el mérito.