Por su parte, el presidente Petro expresó su propia incertidumbre sobre el futuro: “No sé cómo voy a vivir después de que salga del Gobierno, pero Dios proveerá, dice la Biblia”. El embajador de Estados Unidos en Colombia, McNamara, reconoció la tensión, describiendo la relación bilateral como un “tire y afloje”.

Sin embargo, aseguró que “el lazo fundamental que une a nuestros dos pueblos nunca va a romperse”, destacando que la comunicación con el presidente Petro y sus ministros es constante. McNamara insistió en que la cooperación en áreas como comercio, seguridad y extradiciones se mantiene, aunque admitió que los resultados en la lucha antinarcóticos “no han sido óptimos” debido al aumento de los cultivos de coca. Respecto a la Lista OFAC, el diplomático sostuvo que las sanciones no son “políticas” sino “técnicas”, basadas en la ley estadounidense. A pesar de los desencuentros, el embajador se mostró optimista a largo plazo, viendo la posibilidad de que la relación continúe “200, 300, 400 años más”.