Como respuesta inmediata, al menos seis grandes compañías aéreas, entre ellas Iberia, Avianca, TAP Air Portugal, GOL, LATAM y Caribbean Airlines, suspendieron sus operaciones hacia Venezuela.

La Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV) confirmó las cancelaciones, aunque sin definir la duración de la medida. La alerta coincide con un significativo despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, que incluye el portaaviones USS Gerald R. Ford, buques de guerra y aviones de combate, oficialmente para operaciones antinarcóticos. Este contexto ha sido interpretado como una estrategia de presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro. En Colombia, la Aeronáutica Civil activó protocolos de seguridad, solicitando a los operadores aéreos un análisis de riesgo y la definición de rutas alternativas para garantizar la seguridad de los vuelos que transitan cerca de la zona.