El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elevado la tensión con Colombia al amenazar con destruir “fábricas de cocaína” en el país, mientras su administración implementa una nueva y agresiva doctrina militar en el Caribe denominada “Lanza del Sur”. Estas acciones, que incluyen el despliegue de un portaviones nuclear y la designación del 'Cartel de los Soles' como organización terrorista, marcan un giro radical en la política antidrogas y de seguridad hemisférica de Washington. La nueva estrategia estadounidense, materializada en la operación “Lanza del Sur”, representa una militarización sin precedentes de la lucha contra el narcotráfico. A diferencia de las tácticas de interdicción y captura del pasado, esta ofensiva se basa en ataques letales contra embarcaciones sospechosas en aguas internacionales. Según informes, desde septiembre se han registrado al menos veinte ataques con un saldo de ochenta muertos.
El despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más avanzado de la flota estadounidense, subraya la magnitud de la operación, proyectando una capacidad de fuerza abrumadora en la región. Paralelamente, el Departamento de Estado designó al 'Cartel de los Soles', vinculado por EE.
UU. a altos mandos del gobierno venezolano, como organización terrorista extranjera, lo que otorga a Washington un marco legal más amplio para actuar.
En este contexto, Trump declaró que estaría “orgulloso” de atacar objetivos en Colombia y no descartó una intervención en México, aunque también abrió una puerta a un posible diálogo con Nicolás Maduro, afirmando que “ellos quieren hablar”. El presidente Gustavo Petro respondió a las amenazas de Trump, destacando la destrucción de más de 10.000 laboratorios durante su gobierno y criticando la nueva postura estadounidense, lo que ha generado una notable fricción diplomática y la suspensión del intercambio de inteligencia entre ambos países.
En resumenLa nueva doctrina militar de Estados Unidos en el Caribe, con amenazas directas a Colombia y una escalada de acciones letales bajo la operación “Lanza del Sur”, ha redefinido la lucha antidrogas como un conflicto armado transnacional. Esta postura ha provocado una severa crisis diplomática con el gobierno de Gustavo Petro y aumenta la inestabilidad en la región.