La organización captaba mujeres en Medellín y Cali con falsas ofertas laborales para luego enviarlas a países como Malta, Croacia, Montenegro y Albania.

Según la investigación, la red criminal ofrecía a las víctimas ayuda para tramitar documentos de viaje, tiquetes aéreos y dinero para los gastos iniciales.

Sin embargo, una vez en su destino, les arrebataban los pasaportes y las obligaban a ejercer actividades sexuales para pagar una supuesta deuda, que incluía multas de entre 3.000 y 4.000 euros. Las denuncias recibidas indican que las jóvenes eran sometidas a maltratos físicos y psicológicos, además de ser incomunicadas y amenazadas para evitar que reportaran su situación.

En el operativo fueron capturadas nueve personas, entre ellas el presunto cabecilla, Lukas Giraldo Betancur.

A Giraldo se le atribuye financiar la logística de los viajes y, aprovechando su doble nacionalidad y residencia en Europa, emitir cartas de invitación para facilitar el ingreso de las mujeres a Malta y Croacia. Otra de las capturadas, Natalia Jaramillo Holguín, es señalada de utilizar una agencia de viajes en Pereira para proveer los tiquetes aéreos. Los demás implicados cumplían roles logísticos y de contacto con las víctimas. Los detenidos fueron imputados por los delitos de concierto para delinquir, trata de personas, y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego. La Personería de Cali confirmó que entre las víctimas se encuentran mujeres de esa ciudad. Este golpe representa un avance significativo en la lucha contra las redes de trata que operan desde Colombia, engañando a mujeres en condición de vulnerabilidad con promesas de un futuro mejor en el exterior.