Al recibir la noticia, Machado expresó sorpresa y humildad, dedicando el premio al pueblo venezolano por su “admirable coraje, dignidad, inteligencia y amor”.

En sus declaraciones, advirtió que “no puede haber paz sin libertad” y agradeció al presidente Donald Trump por su apoyo, lo que generó controversia.

La reacción en Colombia fue diversa.

Expresidentes como Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque celebraron el galardón, destacando la valentía de Machado.

Por su parte, el presidente Gustavo Petro publicó un mensaje ambiguo en el que también felicitaba a una nobel ya fallecida y expresaba: “De María Corina espero que ayude a que su país consiga el diálogo para mantener la paz”. Esta postura fue interpretada por algunos sectores como un intento de mantener un equilibrio diplomático con el régimen de Maduro. A nivel internacional, la Casa Blanca criticó la decisión, afirmando que el comité “puso la política por encima de la paz” al no otorgarle el premio a Donald Trump por su mediación en Gaza. El galardón refuerza la legitimidad internacional de la oposición venezolana y aumenta la presión sobre Maduro, aunque también eleva las expectativas sobre la capacidad de Machado para transformar este capital simbólico en cambios tangibles.