La Casa Blanca calificó las declaraciones como "infundadas y reprochables", marcando un nuevo episodio de tensión en la relación bilateral.

La controversia comenzó cuando el presidente Petro, a través de su cuenta en X, aseguró que el ataque "no corresponde a una guerra contra el contrabando, sino a una guerra por el petróleo". En respuesta, un alto funcionario de Washington declaró: "Estados Unidos espera que el presidente Petro se retracte públicamente de su declaración infundada y reprochable, para que podamos retomar un diálogo orientado a construir un futuro fuerte y próspero". Lejos de retractarse, Petro redobló su postura pidiendo a la Casa Blanca que entregue la información sobre las personas fallecidas en los ataques para verificar su nacionalidad. El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, confirmó que la operación fue ordenada por el presidente Donald Trump para neutralizar una embarcación vinculada a "organizaciones narcoterroristas", resultando en la muerte de cuatro presuntos traficantes. Este incidente se enmarca en una serie de al menos cinco ataques similares en el Caribe que han dejado 25 presuntos narcotraficantes muertos, según un memorando de Trump al Congreso.

Las declaraciones del mandatario colombiano han generado críticas internas, como las del concejal Papo Amín, quien cuestionó si Petro estaba defendiendo a organizaciones ilegales.