Su abogado, Jaime Granados, respaldó esta postura, describiendo el testimonio como “una fábula”.

La decisión judicial reabre un capítulo doloroso de la historia del conflicto armado en Colombia y pone nuevamente al expresidente en el centro de una grave investigación judicial, esta vez por crímenes de lesa humanidad. Los abogados asesinados, Jesús María Valle y Eduardo Umaña, eran reconocidas voces en la denuncia de la violencia paramilitar y sus nexos con agentes del Estado en Antioquia.