El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que Hamás debe aceptar el plan "en su totalidad" y que, de lo contrario, Israel terminará el trabajo "por las buenas o las malas". Por su parte, el representante diplomático estadounidense Marco Rubio declaró que los bombardeos israelíes "tendrán que cesar" para poder liberar a los rehenes. En medio de la tensión, el papa León XI hizo un llamado a un "alto al fuego y la liberación de los rehenes" para alcanzar "una paz justa y duradera", y expresó su preocupación por el "aumento del odio antisemita en el mundo".