Un ataque sicarial perpetrado en las inmediaciones de la cárcel La Modelo de Bogotá dejó un guardián del Inpec muerto y otros dos heridos. El atentado, ejecutado por hombres en motocicleta, ha sido condenado por las autoridades y reaviva el debate sobre la seguridad del personal penitenciario en el país. El violento suceso ocurrió en la mañana del viernes 3 de octubre, alrededor de las 6:30 a.m., durante el cambio de turno. Cuatro individuos a bordo de dos motocicletas abrieron fuego de manera indiscriminada contra los funcionarios. El dragoneante Miguel Muñoz Llano, de 26 años, falleció a causa de las heridas, mientras sus compañeros fueron trasladados a centros asistenciales.
El director del Inpec, Daniel Gutiérrez, describió el hecho como “un atentado muy rápido, a quemarropa”.
Las hipótesis preliminares apuntan a una retaliación de bandas criminales como “Los Magos” o “La Inmaculada” por las medidas de control implementadas en los penales.
El ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, aseguró que “los violentos deben saber que el Estado responderá con mucha firmeza” y que el crimen no quedará impune. Sin embargo, el sindicato del Inpec (OSP) denunció la existencia de un “plan pistola permanente” contra los guardias y afirmó haber advertido previamente a las autoridades sobre los riesgos en esa zona, exigiendo medidas de protección como vehículos blindados y escoltas. Este atentado se suma al asesinato del director de La Modelo, Élmer Fernández, en mayo de 2024, evidenciando la grave vulnerabilidad del personal carcelario y la capacidad de las organizaciones delictivas para operar desde el interior de las prisiones.
En resumenEl asesinato de un guardián del Inpec frente a la cárcel La Modelo subraya la extrema vulnerabilidad del personal penitenciario y el poder de las bandas criminales. A pesar de la condena oficial, los sindicatos denuncian que las advertencias sobre la falta de seguridad fueron ignoradas, exigiendo acciones concretas para evitar más muertes.