El director del Inpec, Daniel Gutiérrez, describió el hecho como “un atentado muy rápido, a quemarropa”.

Las hipótesis preliminares apuntan a una retaliación de bandas criminales como “Los Magos” o “La Inmaculada” por las medidas de control implementadas en los penales.

El ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, aseguró que “los violentos deben saber que el Estado responderá con mucha firmeza” y que el crimen no quedará impune. Sin embargo, el sindicato del Inpec (OSP) denunció la existencia de un “plan pistola permanente” contra los guardias y afirmó haber advertido previamente a las autoridades sobre los riesgos en esa zona, exigiendo medidas de protección como vehículos blindados y escoltas. Este atentado se suma al asesinato del director de La Modelo, Élmer Fernández, en mayo de 2024, evidenciando la grave vulnerabilidad del personal carcelario y la capacidad de las organizaciones delictivas para operar desde el interior de las prisiones.