Este crecimiento fue impulsado principalmente por el dinamismo en las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas, donde la ocupación creció un 3,0%. Sin embargo, el panorama en las zonas rurales fue diferente, registrando una caída del 4,0% en el número de ocupados y un aumento en la tasa de desempleo rural de 7% a 7,8%.
Los sectores que más contribuyeron a la generación de empleo fueron las industrias manufactureras (199.000 nuevos puestos), construcción (178.000) y transporte y almacenamiento (172.000). En contraste, el sector de agricultura, ganadería y pesca fue el que más empleos perdió, con una reducción de 237.000 puestos. La brecha de género persiste, aunque con una leve reducción; la tasa de desempleo para las mujeres fue del 11,2%, mientras que para los hombres se situó en 6,7%. El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, celebró el dato como un reflejo de los efectos positivos de las políticas del Gobierno y anticipó que este panorama favorable será un factor clave en la próxima discusión del salario mínimo para 2026.