La entrada de Quintero, un político con gran visibilidad pero también con serios cuestionamientos por corrupción, ha fracturado a la coalición.

Gustavo Bolívar ha sido el más vehemente en sus críticas, advirtiendo que una victoria del exalcalde sería “entregar el Pacto Histórico a la politiquería” y que su llegada “dinamitó la unidad”. Bolívar ha alertado sobre el riesgo de que maquinarias políticas ajenas al progresismo influyan en la consulta a favor de Quintero, y ha hecho un llamado a la unión de las otras fuerzas: “Si Corcho y Cepeda no se unen, les gana Quintero”. Por su parte, la precandidata Carolina Corcho descartó una alianza con Quintero, afirmando que su intención es que “sea la ciudadanía libre quien defina quién debe ser el candidato único”. Mientras tanto, el presidente Gustavo Petro parece ver con buenos ojos a Quintero, valorando sus actos de lealtad, como su reciente renuncia a la visa estadounidense en solidaridad con el mandatario.

Estas divisiones plantean un serio desafío para la cohesión del Pacto Histórico y su capacidad para presentar un frente unido en 2026.