Sin embargo, el plan enfrenta enormes obstáculos.

Hamás ha rechazado la propuesta, afirmando que "el fin de la guerra y la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza son requisitos esenciales" y negándose a entregar las armas. Internamente, Netanyahu enfrenta la presión de su coalición de ultraderecha, liderada por figuras como Bezalel Smotrich, quien exige la desmilitarización total de Hamás y rechaza cualquier rol para la Autoridad Palestina o la creación de un Estado palestino. A esta tensión se suma la presión de las familias de los rehenes, que instan a Trump a "mantenerse firme ante cualquier intento de sabotear el acuerdo", acusando a Netanyahu de haber bloqueado propuestas anteriores para mantener unida su coalición.