La JEP informó que cuatro de estos cuerpos ya han sido identificados y entregados a sus familiares, permitiéndoles finalmente realizar un entierro digno y cerrar un doloroso ciclo de incertidumbre que ha durado años. Los tres cuerpos restantes se encuentran actualmente en proceso de identificación en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, un procedimiento complejo que busca devolverles su identidad y su historia.
Este descubrimiento no solo tiene un valor forense, sino también simbólico y judicial.
Valida los reclamos históricos de las organizaciones de víctimas y familiares que durante décadas han insistido en que La Escombrera fue utilizada como un lugar de inhumación clandestina. La JEP ha destacado que estos resultados son fundamentales para el esclarecimiento de la verdad sobre lo ocurrido en el marco del conflicto armado urbano en Medellín y para la búsqueda de justicia. El trabajo de la jurisdicción en este lugar continúa, reafirmando su compromiso con las víctimas y su derecho a saber qué ocurrió con sus seres queridos.