Sin embargo, el triunfo ha vuelto a poner de manifiesto la abismal brecha económica que existe entre el fútbol femenino y el masculino en Colombia, con un premio para las campeonas que es casi ocho veces menor al que recibe su contraparte masculina. En una final reñida en el estadio Palmaseca ante 18.000 espectadores, las 'azucareras' revirtieron el 1-0 en contra de la ida con un gol de Leidy Cobos, forzando la tanda de penales. Allí, la arquera de 18 años, Luisa Agudelo, se erigió como la gran figura al atajar el primer cobro y sellar la victoria 5-4.

Con este resultado, el Cali consiguió su tercera estrella, igualando a Santa Fe en el palmarés.

A pesar de la gloria deportiva, la celebración se vio matizada por la realidad financiera.

El premio para el equipo campeón fue de 230 millones de pesos, una cifra que contrasta fuertemente con los cerca de 1.900 millones de pesos (aproximadamente 500.000 dólares) que recibió el campeón masculino. Esta disparidad, de más de 1.700 millones, refleja un problema estructural que, según estudios de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPRO), es global: el 60 % de las futbolistas en el mundo no recibe salario. Para los clubes colombianos, la participación en la Copa Libertadores Femenina se convierte en un "salvavidas" financiero, ya que solo por participar reciben 50.000 dólares, un monto que puede aumentar significativamente si avanzan en el torneo.