Este movimiento político representa uno de los esfuerzos más significativos para unificar a la derecha y la centroderecha en Colombia con miras a los próximos comicios.
La cumbre, presentada como una iniciativa de las bancadas en el Congreso, tiene un doble objetivo: coordinar estrategias legislativas inmediatas y sentar las bases para una futura coalición electoral. En el corto plazo, los partidos buscarán fijar una posición común frente a proyectos clave del Ejecutivo, como la reforma tributaria, la ley de sometimiento y la reforma a la salud, las cuales, según un comunicado conjunto, “no solo son improvisadas, sino que representan un grave riesgo para la estabilidad del país”. Más allá de la agenda legislativa, el encuentro abordará temas estructurales como la seguridad ciudadana, las relaciones internacionales —especialmente con Estados Unidos tras la descertificación— y lo que denominan “la amenaza de una constituyente”. La convocatoria ha generado expectativas sobre la posible articulación de los líderes naturales de ambas colectividades, el expresidente Álvaro Uribe Vélez y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, para encabezar una gran coalición. Aunque el propósito declarado no es definir una consulta de candidatos, el tono del anuncio sugiere que la cumbre es un paso decisivo para construir una agenda programática conjunta y una estrategia que evite que, según sus palabras, “el petrismo se quede en el poder”.