La Nueva EPS, con más de 11 millones de afiliados, enfrenta una grave crisis financiera que ha desatado un debate nacional sobre su posible liquidación. Mientras el presidente Gustavo Petro ha señalado esta como una salida, su ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, lo ha negado, generando contradicciones y una profunda incertidumbre en el sistema de salud. La crisis se agudizó tras un informe de la Contraloría General que alertó sobre graves hallazgos financieros y el anuncio de la Fiscalía de llevar a juicio a exdirectivos por presuntos desvíos y ocultamiento de facturas. Ante esto, el presidente Petro planteó públicamente la liquidación, pero el ministro Jaramillo matizó la declaración, afirmando que “si tuviéramos que liquidar a la Nueva EPS, tendríamos que hacerlo con todas”, ya que, según él, casi todas las EPS del país incumplen los indicadores financieros.
Expertos del sector han reaccionado con alarma.
El exministro de Salud, Augusto Galán, calificó la discusión sobre la liquidación como una “cortina de humo” para desviar la atención de las responsabilidades estatales. Galán advirtió que un traslado masivo de 11 millones de afiliados sería “inviable” y generaría una “crisis sistémica”. Por su parte, Jesús Albrey González, presidente del Colegio de Abogados en Derecho Médico, consideró que la medida sería “nefasta”, especialmente para los prestadores de salud, ya que el Estado históricamente no ha asumido las deudas de liquidaciones anteriores. En medio del debate, la Superintendencia de Salud y la Contraloría mantienen un choque conceptual. El superintendente Giovanny Rubiano aclaró que los recursos señalados como “anticipos” por la Contraloría son en realidad pagos por servicios ya prestados que aún no se han legalizado contablemente, y ordenó a la EPS implementar un plan para regularizar estas cuentas.
En resumenLa Nueva EPS, la aseguradora más grande de Colombia, está al borde del colapso financiero, lo que ha provocado un debate nacional y declaraciones contradictorias del Gobierno sobre su posible liquidación. Expertos advierten que esta medida sería catastrófica para el sistema de salud, calificándola como una distracción de las responsabilidades estatales, mientras persiste una disputa técnica entre la Supersalud y la Contraloría sobre la naturaleza de las irregularidades contables.