“Creemos que el país ya está preparado para pasar del 10 % actual a un 11, un 12 o incluso un 15 %”, aseguró Trujillo. Sostuvo que el biodiésel de palma mejora la calidad del combustible al aumentar el índice de cetano y reducir el azufre, además de ser un motor de empleo rural. La apuesta más ambiciosa de Ecopetrol es el SAF. Según Trujillo, la Ley de Biocombustibles de Carbono Cero abre la puerta para que Colombia utilice el aceite de palma como materia prima, un segmento con enorme proyección. La refinería de Cartagena ya ha realizado pruebas exitosas de producción de un combustible similar al SAF. “El potencial de crecimiento es enorme: hoy no hay mezcla en aviación y estudios de Boeing y Airbus demuestran que un avión puede volar con hasta el 50 %”, explicó. Alcanzar una mezcla del 5% o 10% en aviación podría duplicar la superficie cultivada de palma y generar miles de empleos.

Sin embargo, el sector advierte sobre riesgos regulatorios, como el cobro de IVA a los biocombustibles, que podrían frenar este impulso.