Las comunidades campesinas de la región del Catatumbo, en Norte de Santander, amenazan con reactivar las protestas debido a los reiterados incumplimientos del Gobierno Nacional en el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS). La falta de pagos y de proyectos productivos prometidos ha agotado la paciencia de miles de familias que erradicaron voluntariamente sus cultivos de coca. Alrededor de dos mil familias de los municipios de Sardinata y Tibú, que se acogieron al programa, denuncian que el Gobierno, a través de la dirección de sustitución a cargo de Gloria Miranda, no ha cumplido los acuerdos alcanzados en junio, cuando se levantaron las últimas movilizaciones. Ángel Herrera, presidente de la junta de acción comunal de la vereda El Remolino y delegado de las familias del PNIS, expresó la frustración de la comunidad: “Estamos muy preocupados porque de verdad el Gobierno no nos ha cumplido con el PNIS.
Seguimos en lo mismo.
Por eso tenemos previsto volver a las calles otra vez, porque no nos han cumplido, ni proyectos productivos ni pagos a las personas”.
Herrera también señaló que las reuniones convocadas por el Gobierno son canceladas sin previo aviso, lo que aumenta la sensación de abandono. La situación se agrava por la preocupación de que una posible descertificación de Colombia por parte de Estados Unidos en la lucha antidrogas pueda impactar negativamente los ya debilitados esfuerzos de sustitución en la región. Las autoridades regionales han intentado mediar para que la agencia de sustitución y el presidente Gustavo Petro ofrezcan una respuesta concreta, pero hasta ahora no ha habido soluciones efectivas, lo que deja a las protestas como la única vía visible para las comunidades.
En resumenLa amenaza de nuevas protestas en el Catatumbo evidencia el fracaso del Gobierno en la implementación efectiva del PNIS, dejando a miles de familias sin los recursos prometidos para su transición a economías lícitas. Este incumplimiento no solo genera desconfianza y malestar social, sino que también pone en riesgo la sostenibilidad de los esfuerzos de sustitución de cultivos en una de las zonas más complejas del país.